Una Navidad distinta
De la Fiesta de todos a la fiesta de pocos
La Navidad, esa fiesta que encierra una gran veneración en casi todo el mundo, también en la Argentina. De la Fé a la idolatría del consumismo, dos extremos de la celebración. Más allá de los números que no parecen desentonar tanto con años anteriores, una especie de tristeza colectiva se ha manifestado en muchos hogares como consecuencia de la crisis que embarga a los sectores más humildes de la sociedad argentina.
No ha sido fácil en esta Navidad, satisfacer la mesa que nos impone el dios consumo y muy difíc por cierto, saber que hay otros valores que no se reemplazan con abundancia de comida y bebida.
No ha sido fácil para muchos saludar y desear felicidades sin por lo menos detenerse un momento a pensar como llegar. Se ha instalado a la felicidad demasiado vinculada con la satisfacción de bienes materiales y muchos no han llegado este año, y ya sabemos porqué.
Habrá que sacar mucha fuerza moral, espiritual, militante si se quiere en estos términos para resolver este momento social de la Argentina, pero como decía don Arturo Jaureche, no debemos dejar que nos roben la felicidad, nada bueno se puede hacer con la tristeza. Redoblemos el desafío entonces y celebremos en paz con la convicción que los mejores tiempos pueden volver si nos comprometemos a lograrlo, para que la fiesta, vuela a ser "La Fiesta de Todos".
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